Estamos aquí, en la vida, para experimentar y evolucionar y la vida nos ofrece las oportunidades necesarias para ello. Si vivimos la reiteración de situaciones y de circunstancias con la carga emocional que eso puede conllevar, es porque no estamos aprendiendo algo. Si nos quejamos de estas reiteraciones o las ignoramos (como si no estuvieran pasando), solo vamos a perpetuarlas. Luchar contra esto tampoco sirve de nada. Es preferible detenerse a observar (humildemente) la realidad que hemos dejado de percibir por la carga emocional desde la que observamos. Y, sin quejarnos ni culpar a nadie, recordar que todo puede ser diferente cuando cambiamos nuestras inercias y nos comprometemos con nuestra propia evolución, desde el Amor.