El karma no es un castigo, ni siquiera una deuda que debemos salvar en esta vida. El karma es una especie de mapa que nos recuerda qué nos hemos comprometido a hacer en esta vida, qué debemos recordar, experimentar e integrar para dar un paso más en el camino de retorno al Hogar, al Uno.
Es normal que a cada uno nos resulte complicado nuestro karma particular pero traemos las herramientas necesarias para hacer lo que hemos nacido para hacer, para transformarlo en darma; y solo padeceremos si no nos responsabilizamos de nuestros dones y nuestras circunstancias, si nos adormecemos en la queja y en las creencias tóxicas y limitantes.